Este gurruñito de pelos se llama Guay, fué recogido debajo de un árbol maullando desconsoladamente, su madre lo había abandonado a su suerte.No podía dejarlo allí, no podía pasar de largo, y hacer la vista gorda, no soy así. Se agarró a mi y sus ojillos me lo decían todo, no hacían faltas palabras. Al llega a casa se me llenaron los ojos de lágrimas al verlo devorar una latita con mucha ansia, pobre.Se quedó dormido mirándome, y soñando aun llamaba a su madre...
Guay tiene unas siete semanas, esta en Sevilla y no puede viajar fuera hasta cumplir los tres meses, a menos que tenga padrino o madrina de viaje.
Contacto: adopciones@defensafelina.org
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