Rayo, echado a la calle sin piedad

Rayo fue echado a la calle por un dueño irresponsable, pero el pobre no se movía del lado de la casa. Los vecinos lo ahuyentaban con espráis y agua, pero Rayo insistía en quedarse cerca de su hogar. Hasta que nos enteramos lo querían envenenar, y de ahí saltó la alarma, y lo recogimos.

Rayo tiene unos dos años de edad, es muy cariñoso, siempre se está rozando con nosotros y ronroneando, y siempre quiere jugar y se pone panza arriba cuando te ve para que lo a rasques y lo mimes.

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