Un pobre diablillo sin suerte
A la perra con la que convivo ahora, Troya, la adopté en ANAA. Pero la perra que tuve antes, con la que estrené independencia, salió de una protectora humilde y con mucho mérito que está entre Alcorcón y Leganés: PROA.
Se llamaba Mina y murió en abril de 2004 por una leucemina.
A Mina y a PROA debo mi primer contacto con la protección animal. Mi intención era buscar un bóxer, desconocía (aunque intuía) toda la problemática existente con nuestros perros y gatos, y topé con Mina y la web de PROA (muy distinta de la de ahora) por casualidad.
Tengo mucho que agradecerles a ambas, perra y asociación. Probablemente este blog no existiría sin ellas por ejemplo.
Y sí, a la memoria de mi hermosa Mina estará siempre dedicado todo lo que haga por otros animales.
Ya cuando adopté a Mina, estaba Diablillo en la protectora. Lo saqué un par de veces en el blog que tenía en Blogspot. Pero ahí sigue.
Lleva allí desde cachorro, y ya va siendo hora de que conozca el calor de una familia.
A pesar de su aspecto, con su ojo de diferente color, es un perro bonachón y cariñoso. Tiene la manía de dar vueltas como una peonza, tratando de coger su rabito. Se porta bien con las hembras y con los machos también, siempre que el otro no sea dominante. Sabe pasear con la correa y es bueno con los niños.Diablillo fue arrojado por la ventilla de un coche cuando era aún un cachorro, en una carretera cercana al albergue de Proa. Algunos voluntarios lo vieron y fueron corriendo a socorrerle. Sobrevivió con algunas contusiones y magulladuras y tuvo suerte de no ser atropellado por otros coches. No se pudo identificar el coche desde el que fue arrojado, por lo cual no pudimos hacer nada para localizar y denunciar a los agresores.
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